Residencia Fortune

- Por muchas formas que tenga siempre soy la misma. Aunque tengo tendencia a soltarme un poco en mis formas infantiles, quizá porque, precisamente, me vuelvo una infante -explicó después de que él terminase de hablar y aprovechó el tiempo que le daba el masticar la comida ofrecida para pensar qué decirle. No quería dormir sola, las veces que lo hacía, o más bien, que conseguía hacerlo, siempre acababa teniendo pesadillas de lo ya vivido. Aunque en cierto modo era normal, cualquiera se hubiera vuelto loco con todo lo que había sufrido la kitsune.

Entreabrió de nueva cuenta sus ojos al escuchar como él se levantaba y su rostro enrojeció casi al instante en que vió, ya claramente al tener sus ojos completamente abiertos, el pecho desnudo de su amo y como las hebras de plata caían delineando y ocultando su bien formada espalda.

Se descubrió a sí misma habiéndose quedado embelesada con el cuerpo ajeno y sacudió su cabeza, escondiendo un poco su rostro enre sus brazos plegados para evitar que su sonrojo se pudiese ver meintras musitaba un leve "sí" como respuesta. No lo reconocería, pero le daba miedo dormir sola, en cualquiera de sus formas, más aún en aquella infante.

[Citación textual de copy&paste: "acosarte conmigo". Me mató este error ortográfico xD (si es que es un error... xDU)]



Se incorporó bostezando levemente y limpiando una lagrimilla de su ojo derecho mientras su amo cerraba puertas y cortinas, dejando la sala en una leve penumbra aunque dejando pasar un poco de luz para que el nuevo rubor intenso de sus pómulos se dejara ver cuando él la abrazó por detrás, preguntándole de nuevo para que explicara a qué daba su aprobación. Sin embargo, la última frase del joven podía interpretarse de dos formas y claro, su mente directamente pensó en ambas, un poco más en la segunda por mero recuerdo de lo ocurrido esa misma mañana.

- C... C-contigo... -murmuró encogiéndose un poco y desviando la mirada de forma tímida y algo avergonzada.

( ¡¡¡ Csm xDDDDDD !!! si fue error xDD ...creo x/DD )

[xD]



Subió una de sus piernas a la silla y dejó reposar sus manos en ambos costados del mismo mueble mientras dejaba que sus sienes fueran masajeadas, haciendo que le entrase nuevamente el sueño y sus músculos se relajasen casi al instante ante de escuchar la pregunta ajena y voltearse un poco hacia el rostro ajeno, teniendo que ladear y subir el propio para verle.

- ¿Planchar? -preguntó inclinando un poco la cabeza, haciendo que solo le faltase una interrogante sobre ella para hacer una imagen bastante graciosa. Quizá había visto a sirvientas planchar alguna vez, pero no tenía ni idea de qué era, al menos a simple vista.

Su mirada fue casi toda la explicación de Kenryu a las cosas que señalaba, asintiendo a lo que le dijo. A veces le había tocado hacer ese tipo de tareas y, aunque no tuviera mucha "práctica", tampoco es que fuera lo bastante torpe como para romper los platos. Aunque el tema del polerón le hizo pensar. No había cojido ningún pijama... Solo ropa de calle así que, le tocaría dormir de nuevo con esa prenda.

- Dormiré con él, no tengo nada más para dormir "Al menos ahora si tendré ropa interior..." -pensó ruborizándose de nuevo aunque sacudiendo un poco su rostro para que dicha rojez desapareciera de sus mejillas.

La kitsune se levantó del lugar haciendo lo que se le había mandado, sacar las prendas de las bolsas y ordenarlas, dejando los pantalones y camisetas separados en dos montones aunque dejando le ropa interior dentro de una sola de las bolsas que conservó. No le importaba que esas prendas no se plancharan, además así evitaba que él las viera.

Cuando dejó su ropa encima del sofá bostezó de nuevo mientras se dirigía a la cocina, viendo los platos y demáses cosas para fregar. Se puso delante de la pila buscando el jabón con la mirada mientras se recogía el cabello con las manos, aunque no tenía ninguna cinta para atárselo, lo que le planteaba otro problema. Tendría que pedirle uno al platinado si no quería que su propio pelo le molestase o se mojara y ensuciara al fregar. Por suerte, la música la espabiló un poco al igual que el agua fría que usó para "lavarse" la cara. Sería mala idea ponerse a manejar la vajilla y cubiertos medio dormida.

Notand que allí no encontraría nada con lo que aguantar su cabello salió de nuevo de la cocina para pararse frente a Kenryu, no sin antes haber dejado a la vista lo que usaría para fregar.

- Ne, amo... ¿Tienes algo para sujetarme el pelo? -preguntó señalándose la improvisada coleta baja que sostenía con su otra mano mientras le miraba planchar, dirigiendo su curiosa vista al aparato que desprendía calor.

- ¿Are? -comentó por mero impulso cuando él se acercó a ella tras producirle mayor curiosidad por sus palabras ya que no entendía muy bien qué era lo que quería darle y, por tanto, creía que no tenía relación con lo que ella pidió. Sin embargo, al ver lo posado en su mano una exclamación de sorpresa y una sonrisa tierna aparecieron en su rostro acompañadas de un "Arigatô gozaimasu" de igual tono que la exclamación anterior.

El lazo era precioso, y el sonido de los cascabeles, lejos de molestarle, le parecía gracioso, calmo en cierto modo. Incluso en los trajes típicos o adornos de su cultura natal se usaban esas pequeñas esferas que no tardó en ponerse al recogerse el cabello con la cinta que las portaba.

- ¡Me encantan me encantan! -dijo dando un par de botes entusiasmada. Era lo primero que le regalaban, descontando la ropa, desde hacía muchísimo tiempo.

- ¡Dômo arigatô! -volvió a agradecer cogiéndose el cabello para, al voltear su mirada, poder ver aquel lazo, haciéndolo tintinear a cada movimiento de la fémina quien, incluso, plicaba los cascabeles con la yema de uno de sus índices.

- Se dice kitsune. Kit-su-ne -rectificó sin que le gustase mucho el término usado remarcando cada sílaba con un movimiento en negativa de su índice antes de irse para la cocina, sacándole la lengua de forma infantil y desapareciendo para fregar los platos. Sabía que no lo había dicho con su otro significado, pero aún así no le agradaba.

- ¿A que no lo hago? Amo-baka -le dijo asomando solo su rostro por el rellano de la puerta y volviéndole a sacar la lengua, metiéndose de nuevo para empezar a fregar.

No le hacía mucha ilusión trabajar en eso, pero era lo mínimo que podía hacer. Pocas cosas de la casa se le daban bien, incluso pensó trabajar en la panadería de la que se encargaba Alba haciendo cualquier cosa, como limpiar o atender a los clientes... Algo que no tuviera mucha dificultad para ella.

Gruñó bajo mientras fregaba los platos al haberle escuchado. Le daba igual si se lo había dicho regañándola o no, pero ya no podría insultarle. Era una orden, quizá no intencionada, pero orden al fin y al cabo. No tardó más de algunos minutos en acabar de fregar todo y, de paso, limpiar un poco la pila al acabar, subiendo rápidamente al cuarto tras secar sus manos.

Al entrar en el cuarto y acercarse a la cama pudo ver la sábana que cubría la almohada con las ténues y ya casi invisibles manchas de su saliba, por lo que su rostro volvió a enrojecer al recordarlo. Quizá no fue buena idea aceptar el dormir con él, pero ya lo había decidido así que, solo le quedaba aguantarse y despejar su mente mientras buscaba por todo el cuarto fundas para cambiar la de la almohada, pues las otras no necesitaban cambiarse.

Siguió buscando por casi toda la habitación hasta que Kenryu entró en ella, parándose detrás de él cuando le dijo dónde guardaría su ropa y tiró un poco de su camisa para que se girara hacia ella.

- Busco las sábanas demo... Demo... No las encuentro... -dijo casi al borde del llanto, muy gracioso cabía decir como si no encontrase su juguete preferido o la prenda que pensaba ponerse para salir con alguien.